El cobarde la deja ir, y el valiente corre tras ella.
El imbécil se olvida de ti, y otro espera respuesta.
El traidor te pide otra oportunidad, esa que al leal no le
quieres dar.
El que te hace más sufrir, es el que te termina por
enamorar.
Y es que, entre tanta mierda no encuentras diamante,
simplemente una piedra brillante,
por una luz que en verdad no existe,
solo la que acabas de imaginarte.
Y no es que tú no sepas escoger,
sino que necesitas volver a caer,
pero por muchas veces que caigas no aprendes,
siempre lo añades a tus tareas pendientes.
Pero deben cambiar los que hacen daño,
y no dejan subir ni un peldaño,
te cogen la mano para después soltarte,
de eso se trata su mejor arte.
Y cuando menos lo esperas ya estas encerrada,
sumisa a sus pies, encandilada,
deseando su tacto,
deseando matarlo, pero a besos,
esos,
que te tienen conquistada,
los que solo son pura fachada.
Asombroso
ResponderEliminarCada vez escribes mejor
Felicidades!!!