sábado, 3 de noviembre de 2018

Todo lo que yo escondo

Saca de mí todo lo que yo escondo, descúbreme, abriendo mis adentros de manera delicada, y así acabar viéndolo todo, haz que abra todo lo que yo misma cerré con llave, y tiré, y se hundió, tan hondo, que ni siendo la mejor persona con apnea del mundo, podría llegar a alcanzar, deshiláchame los momentos, muy despacio, sumérgete en mis mares, invade parte de mis adentros, saca todo lo que yo escondo, y tapo, para que nadie pueda saber que existe, vuelve a reconstruir mis momentos, dibujándolos, casi de manera idéntica, perfecta, aunque yo quisiera borrarlos, ábrete a mi, haz que yo haga lo mismo contigo, sácalo todo, rebañando cada espacio de mis verdades, sincerándome una vez más, pero esta vez no para mí, sino para ti.
Saca de mí todo lo que yo escondo, demostrando al mundo que tengo una revolución en mí, descubriendo que dentro de mí había comenzado una gran revolución.

Me falló la homeostasis

Arboleda espesa por la que me adentro, tan siquiera sin saber de que clase de bosque se trata, el sendero se apacigua cada vez que vas a mi lago, y la fusión del aire con la tuya, crea una bandada de aves que recorre mi visión de norte a sur. Mi brújula ya no marca tu norte, he perdido el mapa de tus cuevas y aunque para mí no era lecho de roca, terminó siendo cueva glaciar. Tu paisaje sin localización y con escala infinita, al que dejé que se adentrara en mi biosfera, espacio en el cual desarrollaste vida, modificó mi estado hasta dejarme desértica. Me falló la homeostasis, me fallaste tú, porque esa capacidad de mantenernos estables, ya no existía.